Othilio ha traído a la hostelería de Vigo innovación y aire fresco.
Su dueño, Carlos Rodal, se ha lanzado a la aventura, después de muchos años trabajando como chef, adquiriendo la experiencia necesaria para que su local funcione.
Su mayor preocupación es que el cliente esté contento, y eso se nota.
El nombre, que me encanta, es un homenaje a su abuelo.
El local, en la calle Luis Taboada 9, es pequeño y acogedor. La decoración, sencilla, recuerda la estética de los países nórdicos.
Tiene pocas mesas y una barra adosada a la pared, que permite tomar un vino o picar algo.
La carta es muy apetecible, variada y distinta, buscando calidad en la materia prima pero con recetas originales, que sorprendan.
A mi me ha encantado, por ejemplo, el carpaccio de solomillo con foie, la ensalada de bacalao confitado o la empanada "diferente" de pulpo.
Me quede con ganas de probar el famoso bocadillo de churrasco, pero como pienso volver, tiene fácil solución.
Los postres no los probé, no me gusta mucho el dulce, pero mis acompañantes alabaron un brownie de castaña y el risotto de leche dulce quemada con helado de canela.
También ofrece desayunos diferentes. Muy apetecible, si el tiempo lo permite, tomarlo en la tranquila terraza.
Es mejor reservar, y sobre todo, pensando en estas fechas que se acercan.
¡Buen provecho!...y ya me contareis que os ha parecido
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