De vuelta...

Es agradable volver y comprobar que todo permanece.
Me gusta regresar para disfrutar de aquello que eché de menos.
Me siento una privilegiada por poder irme, pero más privilegiada me siento por poder volver.
La ausencia, aunque sea corta, permite alegrarse con la vuelta y percibirlo todo con una mirada nueva, curiosa, fresca...

Es la persona que va y viene, quien mejor puede valorar su ciudad, criticarla, amarla, odiarla.
El sedentario está tan acostumbrado a lo que conoce, que apenas distingue nada.
La inmovilidad no deja ver, lo convierte todo en invisible.
¿Quién está en condiciones de asegurar que esta ciudad es fea, que no es fácil vivir en ella? Aquel que puede hacer comparaciones, no quien nunca ha salido de ella.

¿Por qué hay personas que se sienten más importantes si hablan mal de su ciudad?
¿Tiene más prestigio lo negativo?
¿Somos demasiado críticos con Vigo?

Por supuesto que Vigo tiene grandes defectos, pero yo creo que cuando queremos a alguien lo hacemos con sus virtudes y sus defectos ¿no?

Viajar abre nuestras mentes y nos presenta un mundo de posibilidades, para mi no hay mejor aprendizaje, y me sirve también para corroborar que donde más me gusta vivir es aquí, en Vigo     
¡Y no lo niego!